
«Al que está necesitado no le conviene ser vergonzoso»
¿Por qué hay personas capaces de todo y otras que sienten vergüenza por todo? La verdad es que sentir algo de vergüenza te ayuda a ser prudente, a respetar, a entender más al resto de la humanidad aunque en demasía te coacta de vivir la vida con plenitud.
Este sentimiento que creo todos experimentamos alguna que otra vez denota inseguridad en nosotros mismos, aunque incluso los más fuertes de espíritu han sentido pudor en un momento determinado.
No hay vergüenza en admitir lo que no sabes. La única vergüenza es fingir que sabes todas las respuestas”. Neil deGrasse Tyson.
Por otro lado y cayendo en otra acepción etimológica de la palabra esta vergüenza que sentimos puede ser un sentimiento de deshonor, un sentimiento que nos llega cuando hemos hecho algo malo y se nos ha caído la careta, entonces esa deshonra, nos lleva a sentir vergüenza por nuestros actos. De todas maneras todo en su justa medida es válido pero si dejas que la vergüenza te envuelva no llegarás a hacer nada nuevo ni a arriesgarte por nada.
Yo he sido muy vergonzosa siempre, yo diría demasiado, por lo típico ¿se reirán de mí si digo ésto, si hago ésto se burlarán? Y reconozco que esa vergüenza me ha llevado a perderme situaciones positivas. Con los años y el autoconocimiento me he dado cuenta que este sentimiento se ha de sentir cuando no eres tú misma, cuando tus actos son malos, cuando dañas a los demás, cuando eres injusta, entonces sí que has de sentir vergüenza, pero por llevar a cabo algo que quieres no. Con mi conocimiento de mi misma casi lo he superado aunque inevitablemente hay momentos que aún sigo sintiendo algo de pudor, por lo demás pienso que el que no esté de acuerdo con lo que diga o haga será su problema y no el mío. Porque si no doy mi opinión o hago aquello que quiero por temor a lo que piensen los demás estaré atrapada siempre en un sentimiento de ahogo.
Con la vergüenza no se va a ninguna parte, con el miedo no emprendes ni haces cosas nuevas porque es un sentimiento que te puede enjaular y dejarte atrapado a manos de la incertidumbre, del ridículo, o de la inseguridad.
Hace ya mucho tiempo que pasé esa fase porque me di cuenta que no actuar como yo era por miedo a hacer el ridículo no era la solución, nadie ha de secuestrar mi alma ni mi yo… Entendiendo ésto hablo cuando tengo que hablar, hago lo que me apetece, opino si mi intención así lo quiere y si no opino me quedo tan ancha, porque la vergüenza es miedo y el miedo es malo.
El orgullo no es lo opuesto a la vergüenza, es la fuente. La humildad es el antídoto contra la vergüenza”. General Iroh.
E. M§
- mi_edad_perfecta
- @conmdesanchez
- https://www.facebook.com/helena.sanchez.90281
- elemusan@gmail.com