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El pintor y la dama…

La estaba pintando a petición del marido y él estaba encantado de hacerlo pues era preciosa la señora. Cada día que pasaba junto a ella le alegraba el alma y aunque sabía que ella era inalcanzable, no podía dejar de admirar su belleza.

Había estado con muchas mujeres, aunque no había pintado a ninguna, pero la fragilidad y a la vez la fuerza que irradiaba esta joven esposa lo tenía hipnotizado. En un principio se negó a pintarla por temor a no reflejar toda la hermosura que veía frente a él pero el marido fue tan insistente y le ofreció tan gustoso adelanto que no pudo negarse.

Sus cuadros se vendían por todo el mundo. Su especialidad eran los paisajes campestres, las ciudades, los pueblos, las carreteras…. No pintaba jamás retratos y ahora lo habían obligado a hacerlo temiendo la finalización del cuadro. Cada día pasaba el tiempo contemplándola y plasmando pequeñas pinceladas para que el retrato durara mucho tiempo y así alargar su compañía lo máximo posible, igual que hizo Penélope, esposa de Odiseo, para no tener que casarse con ningún pretendiente ya que todos pensaban que Ulises había perecido en su viaje.

Llegó el fatídico día de la finalización del cuadro y tan sorprendido quedó el esposo por la belleza de la obra que le duplicó el precio acordado en un principio. Ella no podía creer que la hubiera pintado tan hermosa porque jamás se vio así, pero coincidió con su marido que la pintura era una obra de arte.

A la mañana siguiente el joven marido se levantó buscando a su esposa y ésta no aparecía por ningún sitio. Buscó y buscó pero no estaba, se había esfumado..

Ella había desaparecido, su marido no sabía donde estaba y las malas lenguas ya empezaban a cotillear motivos infundados del porqué no aparecía, unos decían que lo había dejado por otro, otros decían que la habían raptado y otros muchos más malévolos y morbosos decían que posiblemente su marido, atormentado por los celos, la había asesinado y la había hecho desaparecer.

El pintor estaba destrozado, hacía un mes de la finalización del retrato pero no había dejado de pensar en ella y con la noticia de su desaparición el corazón se le encogió ahogándolo poco a poco.

Pasaron los días, después las semanas y por fin los meses sin que hubiera noticias de la dama. Todas sus pertenencias estaban en su hogar sin haberse notado la falta de ninguna de sus cosas personales, de aquí que la desaparición fuera tan misteriosa.

El marido no tenía consuelo. Él era un tipo alto y esbelto con una cara de expresión dura pero guapo a rabiar. La quería tanto que ahora, después de seis meses de su desaparición, era la sombra de lo que era.

El cuadro permanecía tapado en la biblioteca desde que el pintor finalizó su obra y el marido después de la desaparición no pudo volver a mirarlo. Sin embargo esa mañana se dirigió cabizbajo a la biblioteca y quitó la sábana que lo cubría para apreciarlo…….

El pintor fue llamado otra vez por el caballero y le pidió un nuevo trabajo. Quería que lo retrara a él también. El artista no se negó y lo pintó reflejando hasta el más mínimo detalle la expresión de tristeza que lo acompañaba desde que desapareció su mujer.

Tardó sólo una semana en acabar el cuadro y el caballero quedó satisfecho con el trabajo realizado. Esa misma noche colocó el retrato al lado de el de su esposa y tapó ambos con la sábana.

A la mañana siguiente la doncella no encontraba a su señor por ninguna parte y tomó el recado que alguien le dejó por teléfono. Fue a la biblioteca a poner el papel con el encargo encima de la mesa cuando vio los dos retratos tapados. Los destapó, como el que destapa un secreto, para verlos detenidamente y se quedó sin poder articular palabra.

Salió corriendo de la habitación chillando a todo pulmón sorprendiendo al mayordomo, la cocinera y la limpiadora. La doncella instigó a todos a que la siguieran a la biblioteca y que vieran los retratos.

Enfrente de ellos dos cuadros enormes cuyo fondo era el invernadero de la casa y no aparecía ningún rostro… Las caras pintadas habían desaparecido y sólo se podía apreciar el vergel de flores que inundaba todo el cuadro.

Un misterio que fue cantado, fue escrito y fue contado de boca en boca. Dicen por ahí que el pintor era un brujo que pintaba a las personas que quería para poderlas llevar consigo de tal manera que a todo que aquel que pintara desaparecería para ir a un lugar secreto.

¡RECORDAD SER FELICES!

E. M❤️

Autor:

He aprendido a disfrutar con las cosas pequeñas que no tienen precio, todo lo que se puede comprar carece de valor en mi alma.

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