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Disfrutar con poco…

Hora de comer, los trabajadores de algunas empresas se dirigen al bar que se encuentra enfrente mío. Las chicas de alguna oficina también se dirigen a comer, supongo. En otro bar/restaurante compañeras tomando algo y charlando para hacer una pausa y darle descanso igualmente al cerebro.

Mucha gente va y viene, esta  es una zona donde hay muchas empresas por lo que en casi todos los restaurantes de la zona sólo hay trabajadores.

Lo que me llama la atención es que hay una tristeza en sus rostros que es común a todos ellos. Sus caras dibujan risas momentáneas pero sus ojos expresan cansancio, decepción, falta de ilusión…. Y es que si te pones a pensar en ello acabas deprimido porque la vida para los ciudadanos de a pie (en los cuales yo me incluyo) consiste en trabajar para poder vivir, ir poniendo parches en los tantos agujeros que tienen las familias y queda anulada la esperanza de ahorrar tendiendo a disfrutar con lo poco que sobra.

Sólo queda el disfrute del día a día, salir con amigos a tomarse una cervecita, reuniones esporádicas en las casas para celebrar fiestas con amigos y familiares y sólo distraer a la mente de la cruda y oscura realidad.

Las personas nos adaptamos a las circunstancias que nos toca vivir y aunque la esperanza sea escasa sabemos extraer el jugo a lo que nos queda.

Pero lo que me produce un gran dolor es que siempre estará la clase trabajadora con sueldos injustos y esa gran diferencia con la clase alta. ¿Por qué hay quien no podrá disfrutar nunca de un viaje cinco estrellas, o de recorrer el mundo a cuerpo de rey o de no tener que estar preocupados en mirar los precios para no pasarse? Ellos siempre vivirán así pasen los siglos que pasen.

Y todo esto se refleja en la actitud de la gente y en sus comportamientos. Por eso cuando salgo a la calle cualquier día y sobre todo los fines de semana, me causa un gran placer ver las terrazas de los bares llenas.

No tener esperanzas… ¡Qué duro sentimiento! El pensar que tu vida va a ser así años y años y, aunque en algún momento pueda mejorar, nunca será para poder experimentar los que otros disfrutan sin además darle importancia.

La felicidad no está en la riqueza y eso lo sabemos todos, pero que tener la cartera llena ayuda, también lo sabemos todos.

Ya no me voy a referir a la extrema pobreza que parece que como no la vemos no existe pero sí a los ciudadanos de a pie que solemos disfrutar con poco. La pena es que nuestro ritmo de vida es tan atareado que no podemos parar a disfrutar de un descanso en un banquito de la calle y respirar aire, o apreciar toda la Naturaleza que empieza a revivir en primavera o tomarte un helado con la mente en blanco paseando por donde te apetezca.

Además como los trabajos van tan mal y están tan mal pagados cuando encuentras uno que se adapta a tus conocimientos y necesidades lo intentas conservar a pesar de que la encargada te trate como una mierd…. y no te deje respirar. Esa sensación de impotencia te la guardas porque si estallas, aunque sea con buenas palabras, puedes darles un motivo para despedirte. Y guardar y guardar va creando infelicidad creciente porque aunque al llegar a casa quieras desconectar no lo consigues. Sólo las personas muy muy fuertes consiguen desligar la mente y no pensar en el trabajo.

Por todo esto me alegro por aquellos que, a pesar de todo, logran disfrutar de esos pequeños momentos comiendo pipas y tomando una Coca-Cola.

Como sabemos que las circunstancias pueden cambiar de un día a otro para cualquiera lo que no debemos perder jamás es la Esperanza que es la gasolina que mueve nuestros actos.

¡RECORDAD SER FELICES!

E. M❤️

Autor:

He aprendido a disfrutar con las cosas pequeñas que no tienen precio, todo lo que se puede comprar carece de valor en mi alma.

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