
¿Sueles rechazar las cosas que se interponen en tus objetivos?
Nunca deberías hacerlo porque los baches son el aderezo perfecto en la culminación de tu sueño.
La verdad es que aunque tengas un sueño y vayas caminando hacia él no merece la pena obviar todo aquello que te va surgiendo en el camino. A veces, cuando llegas a tu meta te sientes decepcionado porque no es lo que esperabas, después recapacitas y te frustras contigo mismo por enfocarte sólo en tu objetivo y dejar de lado todas las opciones aparecidas en el camino.
Un millonario a punto de morir por cáncer dijo sus últimas palabras que fueron las más sinceras que había pronunciado nunca. Él decía que ahora que estaba a punto de dejar este mundo se había dado cuenta que tanto un coche de 300.000€ como uno de 40.000€ le llevaban al mismo sitio, que un rólex dá la misma hora que cualquier otro reloj de inferior categoría, que un hogar no es una casa de cientos de metros cuadrados sino que un hogar es la envoltura que hay con las personas verdaderas que te rodean y que hubiera preferido comer pan con aceite en un hogar amoroso que langosta en un palacio con quienes no merecían la pena y así fue reconociendo que lo material no le había hecho feliz. Sólo había sido feliz con aquellas pequeñas cosas que no tenían valor económico. Ahora a punto de morir le invadía una especie de vacío al no haber disfrutado mucho más con su familia, con sus amigos, con aquellos que tenían menos que él y a los que podía haber ayudado en vez de despilfarrar dinero. Ahora pensaba en aquellos que están en situación de escasez y que donando un poco de todos aquellos que tenemos más de lo que necesitamos hubiera estado el mundo mucho mejor. Ahora había decidido donar toda su fortuna para todos aquellos que no tienen.
Y es que es lo más cierto que hay en el mundo, el desvalorar las oportunidades que se te ofrecen en el día a día por sólo enfocarte en tu objetivo es erróneo y desafortunado . Desechar el amor en pós de tu meta, estar menos con tu familia por tener que trabajar mucho para llegar a eso que deseas tanto, apartarte de todo lo nuevo que hay por explorar y dejar que pase la vida es perder oportunidades de ser feliz. Cuando has estado tanto tiempo en las tinieblas, ciega ante la vida, te das cuenta que hasta el más pequeño ser y el más pequeño tesoro de la naturaleza vale la pena valorar y disfrutar porque todo eso no tiene precio.
Esas obras de construcciones que otras civilizaciones hicieron a costa, muchas veces, de la muerte de innumerables inocentes no puedo dejar de admirarlas. Me hubiera gustado viajar más y descubrir todas esas maravillas del mundo que perdurarán más que yo pero no había sido nunca una de mis prioridades ya que me había dejado llevar por las prioridades de otros. Gracias a las nuevas tecnologías puedo ver y entender todas esas maravillas que, quizás, no veré jamás.
Hay que agradecer a la vida todo aquello que nos da aunque sean cosas negativas, todo pasa por algo, todo tiene un sentido aunque para nosotros sea un sinsentido.
Quizás si yo no hubiera caído en esa depresión tan severa no hubiera descubierto muchas sensaciones verdaderas que antes tenía distorsionadas. Ahora me he dado cuenta que no he sido amada como me merecía y que quizás yo más que enamorada estaba enganchada a alguien que me evitaba la soledad. Ahora veo que nunca he estado sola, siempre he tenido apoyo de familia, amigos, compañeros y que no era necesario buscar compañía en aquellos que no merecían mi atención. En verdad ahora desde esta nueva perspectiva pienso que ellos nunca me amaron sólo me utilizaron para levantar sus egos. Ahora no siento impotencia por perder años de mi vida con esos hombres, ahora ni siquiera pienso en ellos, ahora, si alguna vez los recuerdo, lo hago como personas extrañas que no tuvieron nada que ver conmigo. Hoy ya no lloro por las noches por la pérdida de tiempo y por descartar aquellas oportunidades que se me habían presentado y que rechacé en pos de oportunidades ajenas.
Ahora me doy cuenta que podía haber sido feliz con todo lo que tenía y que no me hacía falta nadie más para ser dichosa. Cuando alguien depende de otra persona para ser feliz lo que vivirá no será felicidad, sólo será una dependencia poco sana.
La dependencia es algo horrible porque toda tu realidad se distorsiona y sólo crees y obedeces a aquel de quien dependes. No nos solemos valorar lo suficiente y ésto nos hace víctimas de personas sin escrúpulos que se regocijan y se supervaloran a base de tu dependencia.
Ahora que he descubierto aquello que no veía, he sido consciente de que todo ser humano tiene un valor por sí mismo y asumirlo está en nosotros. Nadie es mejor que nadie, que una persona sea más cerrada en su comportamiento no quiere decir que tenga menos valor que aquellas que es el as de cualquier reunión. Las personas guapas y bien proporcionadas físicamente no son mejores que aquellas que no son tan agraciadas. De todos modos la belleza es relativa, nadie sabe quien es guapo y quien no lo es porque sólo nos comparamos con lo que las tendencias nos incentivan a creer.
Yo no era consciente de todo esto, vivía una vida que no era real, me infravaloraba porque de alguna manera eso es lo que captaba de las personas que me rodeaban, mi familia por supuesto queda al margen porque ellos veían en mí todo lo que yo era.
Me ha costado mucho aprender a valorarme y quitarme de la cabeza todos aquellos traumas que me envolvían pero lo estoy intentando y parece que lo lograré.
No soy nadie para dar consejos pero sí que os digo, por mi experiencia, que hay que vivir el día a día, que no hay que desperdiciar ninguna oportunidad porque puede que aquello que anhelas nunca llegue a cumplirse y entonces habrás perdido, quizás, tu futuro, tu felicidad.
Cada día empieza una nueva aventura así que disfruten de ella.
E. M§
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