Publicado en Entretenimiento

Un cuento corto

Lo que les está prohibido a las Ninfas les está permitido a las golondrinas. «Cuentos orientales» (1938), Marguerite Yourcenar

Una golondrina vuelve a mi ventana cada primavera comunicándome que ya empieza a florecer el mundo. La espero todo el invierno como el campo espera agua para el riego de sus frutos.

Esta primavera no apareció mi tan amada golondrina y me quedé con un vacío enorme en mi corazón. Desapareció esa criatura menuda que añadía alegría e ilusión a mi vida. Empecé a desanimarme y la primavera ya no me importaba, sólo la dibujaba y dibujaba como si algún día fuera a volver. Sabía que le habría pasado algo porque en todos mis años nunca había faltado a su cita.

Desconsolada y esperando lo peor pasé la primavera como pude y finalmente por fin pasó, llegó el verano después el otoño y finalmente el invierno.

¿Cómo algo tan pequeño y tan insignificante para el mundo me podía aportar tanta felicidad?.

Llegaba otra vez la primavera y yo ya no la esperaba con ilusión, seguía con mi vacío interior y mi tristeza. De pronto oigo un pequeño chillido en la ventana y veo a mi golondrina con una familia que no esperaba. Tenía su pareja y dos pequeñas golondrinas. Fui feliz por ella y mi ánimo cambió por arte de magia.

Comprendí que las ausencias posiblemente tengan su razón de ser, que hemos de tener siempre esperanza y que mientras esperas no has de dejar de vivir y además agradecer siempre por poder hacerlo. Todo lo que tiene solución se arreglará y lo que ya no tiene solución no nos puede impedir vivir la vida.

Entendí igualmente que no hemos de dar nada por hecho, que no nos adelántemos a los sucesos que hayan de venir porque todo está escrito y todo sucederá tal y como esté anotado en nuestro libro de la vida.

Si hubiera tenido esperanza y hubiera tenido en cuenta que lo que tenga que suceder sucederá no hubiera dejado de vivir ni me habría encerrado en mí misma.

No dependas de nada ni de nadie para aprovechar cada momento del día, la vida es mucho más importante que cualquier otra cosa, lo único que necesitas es estar bien contigo mismo y ser generoso con los demás. Aferrarte a alguien es sufrir con su ausencia. Cuando alguien que queremos con todo nuestro corazón se nos va para siempre es inevitable el sufrimiento y la añoranza pero si eres dueño de tu vida y no eres dependiente de nadie el dolor se lleva mucho mejor y no te sientes tan desprotegido.

SER FELICES

E:MS

Autor:

He aprendido a disfrutar con las cosas pequeñas que no tienen precio, todo lo que se puede comprar carece de valor en mi alma.

4 comentarios sobre “Un cuento corto

Deja un comentario