
Estiré mis brazos para alcanzar la luna que alumbraba mi rostro y para que mi amor la viera. En esta noche tan especial y onírica soy consciente por primera vez de lo imponente que es la vida.
Voy por el pantano rompiendo a mi paso la maleza que me hiere, me adentro en el corazón de esta selva que me hace recordar lo hiriente y enredada que es mi mente. A veces es más fácil entender a los demás, porque los puedo mirar a los ojos e interpretar sus demonios internos, que entenderme a mí misma porque yo sólo puedo interpretar mi mente de una manera muy subjetiva.
He nadado por aguas limpias que me han permitido ver las cosas con más claridad. A cada brazada despojo de mí las dudas y los malos pensamientos liberando mi cuerpo a cada vaivén de las corrientes.
El sol me permite verte con una luz real que me convierte en inspectora de tu rostro. Veo cada gesto de tu cara y me doy cuenta que conozco cada uno de ellos a la perfección. Interpreto cada mueca y cada señal porque veo tu interior tan claramente que a veces me da miedo tu vulnerabilidad.
Camino por la senda de la cordura y observo cada piedra en el camino para no tropezar y caer. Soy de las que caen fácilmente aunque reconozco que me levanto ipso facto para no ser pisoteada por otros caminantes. El recorrido por esa senda es dura y empinada pero llego a ver mi destino y ésto me anima a seguir.
Oigo la música de ese piano de cola que me envuelve contigo en ese baile de dos. Cada nota entra en mi corazón como una flecha esponjosa que deja un dulce placer cada vez que estoy entre tus brazos. Tú me fortaleces y me das un empujón de adreladina para resolver cualquier incidente de mi vida.
Camino descalza en este arroyo que es la vida en su propio esplendor. Las aguas están frías y abren mi alma para ver a los demás con otros ojos. Veo reflejadas a las personas que se quieren redimir y que caminan a mi alrededor con precaución y sin remordimientos. Yo me he despojado de dudas e incertidumbres y he conseguido disfrutar el momento para disfrutar la vida.
A lo lejos veo una granja con muchos animales con los que me identifico. Son nuestros compañeros de vida en este mundo aunque haya humanos que no lleguen a entenderlo. Adentrándome en las mentes de nuestros compañeros de vida soy consciente que son mejores que nosotros en todos los aspectos y estas cualidades ponen al ser humano en inferiorioridad de condiciones. Quiero a todos los seres vivos de este planeta incluso y a pesar de todo amo al ser humano.
He vuelto para volver a respirar aire fresco y dar de mi a los demás toda mi nueva y buena energía.
E. M§