¡Qué hipocresía más grande ésta la nuestra! maldecimos, criticamos, atormentamos a los demás y cuando esa persona ya no está en este mundo entonces vienen las alabanzas. No lo digo por nadie en concreto y lo digo por todo el mundo ya que la impunidad con la que la gente por RRSS vilipendia al prójimo es algo que ya se tendría que estar tomando en serio mucho más de lo que se está haciendo hoy.
Nos sorprendemos cuando la gente se suicida y no quiere vivir pero no hacemos nada para remedirlo. Hoy en día que nuestra vida por las redes es transparente debería de haber un castigo para todos aquellos que confunden la libertad de expresión con apología del linchamiento.
Cuando salen a la luz las palabras que se dicen por redes nos espantamos y nos subimos las manos a la cabeza pero cuando tenemos la oportunidad de pararlo nadie lo hace. Son las propias plataformas las que deberían restringir automáticamente las cuentas nocivas. Igual que son anulados los vídeos con música por el copyright de igual manera deberían ser sancionadas las cuentas ofensivas.
Todos entendemos la barrera donde acaba la libertad de expresión y comienza el vapuleo dañino. Está siendo un problema más que acuciante ya que una de las primeras causas de muerte en España es el suicidio y éste viene muchas veces provocado por el acoso en redes o simplemente por acoso.
Estas cuentas se pueden rastrear y anular. No es lo mismo decir «no me gusta tu contenido, lo podrías mejorar» que decir «tonta de mierda haces un contenido vomitivo y deberías estar muerta»….. Y muchas cosas peores.
Ya todos sabemos que esta clase de personas (haters) se odian a ellos mismos al cien por cien enmascarado su frustración a través de las críticas anónimas. Estas personas que odian a todo el mundo y sin ningún tapujo campan a sus anchas y ya forman parte de un movimiento más que cuantioso por lo que sería cuestión de sentarse a poner algun remedio para que el odio no inunde las redes.
Personas sin corazón, sin integridad, sin principios, sin valores y sin sentimiento de culpa que es lo más peligroso. Ellos vomitan toda su frustración en redes achacando sus propias anomalías a los demás. Me avergüenza esta clase de personas y me producen rechazo inmediato. No sólo por las redes se hace bullyng sino que estamos rodeados de personajes ínfimos que se aprovechan de su falta de empatía para torpedear a cualquiera que les venga en gana.
Es trabajo de todos acabar con este «movimiento» no simpatizando con aquellos que insultan o achican a los demás. Hay que enseñar al que no sabe o no quiere saber con rechazo a este tipo de comportamientos. No reírnos de un comentario jocoso sobre la estética de alguien o sobre la manera de ser del otro ayuda a que ese tipejo se quede solo. Pero todo ésto debería ser tratado con dureza desde la más tierna infancia atajando desde entonces este bullyng tan destructivo.
E. M§
- mi_edad_perfecta
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Llama mucho la atención que, como dices, las empresas que se lucran con las redes sociales prohíban el uso de música con copyright y apelen, en cambio, a la libertad de expresión para inhibirse en el control de los «haters» y especies afines. Parece que son parte importante de su negocio… Otra excelente entrada, Aylin. Saludos 🙂
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Un saludo para ti también, me alegro que te haya gustado.
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