Cuando todo el mundo está loco algunos han de mostrarse cuerdos para seguir en esta sociedad tan difícil en la que vivimos. Cada quien cuida su culo y no se preocupa del resto y está bien quererse a uno mismo pero la fuerza del mundo está en la unión y no en el continuo juicio que hacemos de los demás.
Nos cuesta aislarnos de las opiniones ajenas y vivimos muchas veces con el temor a ser juzgados ahogándonos en nuestro propio cuerpo por no liberar nuestras ideas. Cuando dejamos que los demás guíen nuestra vida ésta está a merced de envidiosos, malvados y de toda clase de escoria humana.
Ser nosotros mismos nos hace libre, no tener que fingir ante nadie nos llena los pulmones de aire y exhalamos esas ganas de vivir que muchas veces nos faltan.
El amor más incondicional es a nosotros mismos y lo olvidamos con mucha facilidad. Hay que despojarse de personas que quizás pensábamos que estarían toda nuestra vida y ahora no forman parte de nuestro mundo. La vida es eso, un giro completo que vuelve del revés nuestra existencia pero que nos ayuda a crecer. Y crecemos cuando somos conscientes que nuestra vida es tan importante cómo la de cualquier otra persona.
Son pensamientos desordenados que responden a un orden en la mente y que llevan al pleno control de la vida. Nadie por sí solo destaca sino que la grandeza aparece con las contradicciones. Tiene que existir el mal para valorar el bien, existir la envidia para estimar la benevolencia, el yin y el yan.
Hay que poner en una balanza las cosas importantes de la vida y prescindir de las que menos nos llenan porque quizás sean una pérdida de tiempo y de recursos. Tenemos coche, parking, apartamento, ropa, amigos y a veces ni aún así somos felices porque todo lo que somos y tenemos es lo que se pretende de nosotros. Pero si lo cavilamos concienzudamente descubrimos que se puede vivir y vivir bien sin muchas de las cosas materiales que tenemos y que nos atan sin remedio.
De cualquier otra época de la historia ésta, la nuestra, es la que ha aportado más ganancias al ser humano en tecnología, medicina, medio ambiente…. Y sin embargo es la época en la que más inconformes estamos. Parece contradictorio porque disponemos de todo a nuestro alcance para ser felices pero no lo somos. Por eso muchas veces el inconformismo que nos hace crecer y prosperar es a la vez el mayor enemigo para nuestra felicidad.
E. M§
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