Publicado en Entretenimiento

Una historia real…

Eran un matrimonio cómo cualquier otro que se aguantaba después de tantos años. Habían sido felices aunque ahora estaban en un momento crítico. Tras meses de no entenderse él se enamoró de una joven de treinta años (él tenía 55) y dejó su matrimonio atrás divorciándose de su segunda esposa.

Él (Teodor) se había enamorado y creía que esta chica sería la definitiva. Ella (Celia) por su parte ya contaba con tres matrimonios a sus espaldas y cómo él pensaba que con Teodor viviría hasta su vejez.

Él tenía problemas con hacienda y por esta razón decidió poner su gran casa a nombre de Celia quien lo agradeció mucho porque era un paso más en su relación. No les faltaba de nada y vivían cómodamente por lo que ella no trabajaba. Él por su parte tenía sus negocios y sus hijos a los que adoraba.

Un día la segunda ex mujer de Teodor se asustó porque no había aparecido en una cita con su hijo y eso era muy extraño en él, además no contestaba a las llamadas. Pasaron unas horas y seguía sin dar señales de vida. Preguntaron a Celia y ella les dijo que se había ido de viaje de negocios y aún no la había llamado.

Llamaron a la policía y pasó a ser persona desaparecida, había dejado de existir y seguían sin encontrar nada que sirviera para poder dar con su paradero. Pasaron varios días y todos estaban preocupados temiendo el desenlace final aunque la esperanza siempre estaba latente.

Pasaron tres o cuatro días cuando el coche de Teodor fue encontrado en un centro comercial. No presentaba signos de forcejeo, pero él no aparecía. Interrogaron a su novia, a sus ex esposas y a su vecinos en busca de cualquier pista. Una vecina dijo que lo único extraño que había visto era un camión de mudanzas delante de la casa de Teodor. Era el único coche que no era del barrio y que podía tener algo que ver en la desaparición.

Los investigadores no adelantaban mucho porque sin cuerpo no había delito. Pidieron una orden de registro para la casa que compartía con Celia y no encontraron nada inusual. Así mismo pidieron otras tantas órdenes para las casas de las ex esposas… Las mujeres de la vida de Teodor eran las que en un principio estaban en el punto de mira. Fueron sólo órdenes de registro y si hubieran llevado a la policía científica quizás hubieran encontrado alguna prueba en alguna de las tres casas.

Lo único sospechoso era que había un seguro de vida a nombre de la segunda esposa de Teodor y esto presentaba otro hilo del que tirar.

Los investigadores estudiaron las cámaras del centro comercial donde hábían encontrado el coche y se sorprendieron cuando vieron cómo llegaba el coche de Teodor pero se bajó de él una mujer que después de dejar el coche allí se subió en un camión de mudanzas. Al día siguiente la misma mujer llegó con el camión lo dejó allí y con su perro negro se fue andando. La mujer no podía ser identificada porque las imágenes no eran muy nítidas así que podía ser cualquiera.

Al cabo de una semana unos camioneros que pararon en un área de descanso vieron una fogata grande y se acercaron. Desde lejos vislumbraron lo que parecía ser un cuerpo atado que se estaba quemando. Tras llamar a la policía lo identificaron cómo Teodor. Ahora ya era un homicidio y cómo tal habían de proceder.

Las cámaras del establecimiento no eran muy feacientes pero por la silueta y la manera de moverse parecía ser Celia. Con todas estas pruebas fue llamada para ser interrogada. Ella negaba su participación así cómo ser la mujer que aparecía en las cámaras.

Casualmente el modelo de coche de Teodor era blanco, había un camión de mudanzas cómo el que la vecina había visto en la puerta de Teodor y para rematar comprobaron que el perro negro de la mujer de la cámara era casi el mismo que tenía Celia. Los investigadores ya tenían una sospechosa más que probable. En busca de más pruebas volvieron a revisar otra vez las cámaras observando que en un momento dicha mujer entró a comprar algo y a la hora de pagar dió al cajero una targeta de descuento cuyo nombre asociado era Celia….¡Ya la tenían!

Esto fué lo que pasó. Teodor ya estaba cansado de Celia porque quería recuperar su casa y ella se negaba a dársela con lo cual se estaba planteando dejarla y demandarla. Celia no estaba dispuesta a perder la casa y cuando él estaba durmiendo le dió varios disparos y lo mató. Teodor era una persona alta y grande por lo que ella sola no podía cargar con él, así que alquiló un camión de mudanzas que incorporaba una carretilla, ató el cadáver y desde la cama donde yacía lo volcó en la carretilla tirando de ella y con mucho esfuerzo lo subió por una rampa que tenía el camión poniendo rumbo a un área solitaria. Lo bajó y su intención era meterlo en una alcantarilla pero al ser tan grande no cabía por lo que decidió quemarlo.

Aunque ella gritaba su inocencia las pruebas eran aplastantes pero por si eran pocas dichas pruebas tras hacerle un reconocimiento observaron unos moratones en sus piernas justo donde había apoyado la carretilla.

Fué condenada a cadena perpetua sin posibilidad de revisión.

El amor mata a veces y otras veces te enloquece.

Esta es una de tantas historias verídicas relatada desde mi propia mirada.

E. M§

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Autor:

He aprendido a disfrutar con las cosas pequeñas que no tienen precio, todo lo que se puede comprar carece de valor en mi alma.

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