
Da, aunque no tengas más que muy poco que dar. (Budismo)
Vivir para ser feliz es el objetivo de mi existencia. Creo que la vida que me ha tocado vivir no ha sido facil cómo la de tantos otros pero más allá de los acontecimientos malos está la capacidad que todos tenemos para ser felices.
Cuando mi proyección es ser feliz no me entretengo en pasajes dolorosos, en rencores, en envidias ni en maldades. Todo ello me resta años de vida y no quiero perder ni un segundo en pasajes tristes.
¡Cuántas personas viven con resentimiento, con rencillas, con intereses negros en sus corazones y no llegan a estar plenos! Esas personas se nos presentan grises, enfadadas, protestonas, egoistas, incívicas, destructivas y todo ello las convierte en fantasmas errantes por la vida que no aportan nada.
El dinero ayuda, la suerte ayuda, el físico ayuda pero la felicidad que yo busco no se consigue con estas cosas tan supérfluas. La dicha es el súmun de la conciencia tranquila. Cómo defiende el budismo la vejez, la enfermedad y la muerte son lo único seguro que conocemos y ante eso no es posible luchar pero cómo llegar a ello sí que dependerá de nosotros.
Mi camino por la vida siempre ha ido enfocado a buscar la felicidad plena, esa que no depende de nadie ni de nada y en el camino me he encontrado obstáculos que me han impedido conseguirla. Pero nunca me he rendido, nunca he claudicado en su búsqueda y lo que sí que he variado es el lugar donde encontrarla. Ya no la busco en cuánto, en cuándo ni en cómo, la felicidad la encuentro en mi y sólo en mi. Cuando he intentado extraer el jugo de la vida en otros o en cosas he perdido la batalla pero cuando he buscado desnuda la felicidad en mi misma reconozco que la he encontrado.
Intento abstraerme del exterior aunque está ahí, intento abstraerme de las acciones de la gente aunque están ahí y con ésto entro en trance para encontrar esa tan ansiada felicidad en mi interior.
Mi receptáculo ha de estar limpio de rencores, de venganzas, de maldades, de egoismos, de cotilleos y entonces se efectúa el milagro, estás en paz y cuando eso sucede todo es mucho más facil.
¿Soy feliz al cien por cien? La respuesta es no pero si me pregunto ¿soy más feliz que antes? La respuesta es sí rotundamente. Cuando he relajado mi mente de todos los elementos externos que me torpedeaban es cuando he conseguido la paz y dicha paz me ha traído la dicha.
No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo. (Budismo)
El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. (Budismo)
E. M§
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