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¡Qué mal lo tienen que pasar las malas personas! Aquellas que son felices con las desgracias ajenas. Han de estar cansadas de sentirse siempre insatisfechas, de estar siempre comparándose con el resto, porque en el fondo se sienten inferiores. Hartas de elucubrar maldades para sentirse importantes porque son almas infelices e incapaces de amar desinteredadamente. Estas personas se afianzan cuando dañan al prójimo, sino son entidades vacías.
¡Qué triste ha de ser tener que ser feliz atrayendo adeptos! , comprando amigos que les aplaudan sus maldades y les digan que todo lo hacen bien.. Palmeros que les ayuden a cavilar más maldades. Buscan una víctima a la que vapulear y empiezan con sus fechorías. Estos personajes se camuflan de amigos incondicionales pero a cambio de favores varios, porque tengamos en cuenta que este tipo de gente dan si reciben, no hacen nada gratuitamente.

Yo siempre he pensado que si a un alma malvada se le acerca alguien bueno es posible que esa persona dañina cambie o no haga tanto mal, pero si a la maldad se le suma más maldad e incitación, ya es un cóctel explosivo y nefasto, difícilmente recuperable.
¡Qué triste han de sentirse los malvados, ahogados en su propia soledad! ¡Qué sólos han de vivir con la única compañia de su propia podredumbre! porque la maldad trae soledad, trae inseguridad en uno mismo, trae distanciamiento, trae inconformismo….. Las personas nocivas son apartadas muy sutílmente porque todos pensamos que si esas personas hacen maldades a otros ¿por qué no las harían con nosotros?.
Hasta son aislados por sus propias familias y no dudéis de ello. Aunque parezca que tienen amigos y todo es perfecto en la realidad nadie confía en personas envenenadas.
¡Qué triste que se nieguen a abrir los ojos para el cambio! ¿De verdad creen que la vida no les pasará factura? ¿De verdad creen que la vida no es un boomerang? Todo lo que se lanza da la vuelta y volverá a ellos..
«No te rías del mal del vecino que el tuyo viene de camino»
Cómo cualquier refrán éste encierra una verdad irrefutable y abrumadora, porque, de una manera u otra, más pronto o más tarde, el que siembra mal recoge tempestades.
Sean buenos y si no puede sean entonces menos malos….
Elena. M§