Publicado en Entretenimiento

RECUERDOS ROTOS…. PARTE III.

https://www.elmundodeelena.es/

Pasaron los días y cada vez se sentía más cómoda en su casa nueva. La sensación de frío al subir la escalera no la había abandonado pero, bien es verdad, que se estaba acostumbrando.

La pesadilla del hombre alto que la miraba desde la escalera, la tenía en vilo. Casi cada noche tenía el mismo sueño, pero cada vez percibía una sensación distinta. En el último sueño el señor se presentía triste pero cercano, el señor ya no le parecía tan gigante, ya le miraba con otros ojos… Y aunque todavía no había logrado interpretar lo que quería esta figura onírica, sí que se asustaba cuando presentía que se acercaba a ella.

Ver las cosas en blanco y negro no significa que no tengan color. Las cosas que no vemos no quiere decir que no existan.

Una tarde de diciembre, llamaron a la puerta y Susana, que estaba en su despacho trabajando, fue corriendo a abrir la puerta y se quedó tal que una estatua de sal, quieta, ímpávida. Ya llevaba viviendo en su casa nueva tres meses y en ese tiempo no había tenido apenas visitas, sólo su hermano que le había ayudado a instalarse, porque sus padres ya habían fallecido.

Frente a ella estaba el hombre por el que ella había decidido poner distancia, por el que dejó todo y se aisló en una nueva ciudad. El la había traicionado en el peor momento de su vida y eso le partió el corazón. Decidió irse sin mirar atrás y andó, andó….

Tomó un café y cogió un taxi para ir a casa de una amiga que era cómo su hermana. Allí pasó la noche sin apenas decir palabra y se quedô ensimismada hasta el amanecer. Su amiga, que la conocía bien, no le preguntó, no le sonsacó, sabía que cuando estuviera preparada se lo contaría.

El le había dicho que se iba sin explicación alguna y a ella sólo le venía a la cabeza un motivo, se hábia cansado de ella. Ella no gritó, no montó una escena, no lloró, simplemente salió de casa y se puso a andar sin parar durante horas y horas. Cuando quiso darse cuenta había cruzado toda la ciudad sin parar.

Al día siguiente ya tenía claro lo que iba a hacer. Cuando llegó la hora en que sabía que él estaría fuera, se dirigiô al piso que compartía con él a recoger sus cosas. El apartamento era del que hasta hace poco había sido su amor, así que no tenía que llevarse más que cosas personales.

Alquiló un piso pequeño de momento y allí se quedó recluida sin saber que existía. Se creía muerta, se veía destruida, se sentía vacía, se sentía pequeña. Tantos años viviendo un amor de Película, o eso creía ella, y en un segundo todo se acabó.

No volvió a hablar con él, la llamaba, le dejaba mensajes, le imploraba, pero ella se cambió el teléfono y no tuvo más contacto. Ni a su amiga le había dicho donde se había ido a vivir, por miedo a que, en un afán de ayudar, le pudiera revelar a él su dirección.

Ahora estaba allí, frente a su puerta, más guapo que nunca. Por un momento se quedó sin palabras. Habían pasado tres años y ya casi no pensaba en él. En el piso alquilado vivió estos tres años hasta que un día vino a esta ciudad por trabajo y es cuando se enamoró de la casa.

_¿Qué haces aquí, quién, quién te ha dado mi dirección?_ _Eso no importa, no crees. Ya que estoy aquí, ¿no me vas a invitar a un café? _ _Sí, perdona mi grosería, por supuesto, puedes pasar._

Lo dejó pasar aunque su corazón latía rápido. Lo acompañó a la sala y él al ver la casa se quedó asombrado de lo acojedora que era por dentro. Le ofreció asiento y ella fue a la cocina a preparar café.

Ya hacía casi tres meses que vivía en esta casa y cada vez se sentía más cómoda en ella. Aunque no dejaba de percibir escalofríos a veces, optó por no darles importancia. Ahora se sentía más segura porque el tiempo había obrado su poder y además jugaba en su campo, aunque no pudo evitar temblar ante la presencia de su pasado.

Seguía sintiendo ese nudo en el pecho al estar frente a él y un escalofrío que recorría todo su cuerpo……

Un escalofrío distinto, un escalofrío que impregnaba todo su cuerpo de silencio…

Continuará.

Anuncio publicitario

Autor:

He aprendido a disfrutar con las cosas pequeñas que no tienen precio, todo lo que se puede comprar carece de valor en mi alma.

Un comentario sobre “RECUERDOS ROTOS…. PARTE III.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s