Escribe tu primer pensamiento cada día y te servirá de test mental para priorizar tus sentimientos
Veo noche, veo luces, coches que empiezan a circular y siento emociones desde muy temprana hora.
Sentada en la pequeña terracita de la casa maternal, siento el aire que roza mi cara y consigue hacerme extasiar.
Estos momentos de soledad, de quietud, de paz son los que aprovecho para escribir.
¿Las palabras curan? Sí, las palabras sanan. Escribir aquello que primero sientes, sin necesidad de editar, de florear, de ordenar, es cómo decir en alto aquello que piensas sin miedo a nada.
Cada día escribe el primer pensamiento que te viene a la cabeza, escribe los primeros sentimientos sin cribarlos, piensa en la primera idea que experimentas y anótalo tal y cómo salen de tu yo interior.
Esta rutina que sólo te lleva segundos, es una de las mejores terapias que puedas imaginar. A mí nadie me lo ha dicho y creo que no lo he leído en ningún sitio pero de su resultado doy fe.
Las personas cuando pensamos somos libres, damos rienda suelta a nuestros mayores deseos, nos decimos las cosas sin poner comas, puntos o puntos y seguidos. En nuestro cerebro no hemos de cuidar el bocabulario ni nos negamos ninguna experiencia, en nuestra mente dejamos que todo fluya. Pues aquí, amigos, es donde está nuestra verdad.
Aquello que piensas sin cortapisas, son tus verdades más recónditas que quizás no te atreves a mostrar al público y está bien porque es tu manual de instrucciones sólo para tí.
Os invito a que lo probéis. Comprad una libreta, no muy grande, y cada mañana escribid cómo os sentís, qué frase os viene a la cabeza, y las anotas sin necesidad de estructurar. No os ha de preocupar si un adjetivo lo pones en un lugar no adecuado, sólo importa lo que os viene a la mente en ese momento y ha de ser el primer pensamiento. Si lo haces pasado un tiempo, ya no es virgen ya es un pensamiento condicionado porque nuestra mente ya se ha puesto en modo «on» y lo que quizas pensemos no es lo que sintamos realmente.
Al día siguiente la misma acción, y así día a día. El domingo o cualquier otro día de la semana que decidas elegir, lee todos los pensamientos reunidos en esos siete días y comprueba cuales son más comunes en tí, los positivos, los negativos, los profesionales…etc.
No importa que lo primero en que pienses sea en la colada que harás por la tarde, igualmente escríbelo…Todo lo que te plantees te será útil para analizar tu vida.
Si sabes en lo que piensas cada mañana y lo evalúas, te percatarás de que haces muchas cosas que no te llenan restando tiempo para hacer otras más positivas para tí. Si siempre piensas en trabajos hogareños, en problemas laborales, serás conocedor de que inviertes mucho más tiempo pensando problemas que disfrutando. Cuando sabes el problema, más fácil es encontrar soluciones.
Comprobarás que esta tarea diaria te obliga a pensar en aquello que estás haciendo mal. Te será más fácil identificar el por qué tu vida no te llena, o por qué no eres féliz. Por contra, igual lees que cada mañana lo primero que haces es dar gracias por estar donde estás y con quienes estás, y ésto te llenará de buenas vibraciones, porque serás consciente de que aunque te quejes y riñas con tus hijos, en el fondo eres muy féliz porque tus primeros pensamientos siempre son positivos.
Descubrir ésto es una inyección de adrenalina que te carga de energía.
Es algo que llevo haciendo unos años y os puedo prometer que me ha ayudado muchísimo. Cuando lees las libretas acabadas, comprendes desde la distancia temporal, cómo te has sentido día a día y los procesos que has ido experimentando.
Yo lo comparo a una estadística, a una máquina de la verdad. Cuando te comprometes a plasmar lo primero que sientes o piensas sin tapujos es cómo ver las líneas de un tacógrafo, suben y bajan sin ninguna premisa estudiada.
Siendo conocedor del redultado del exámen podrás trabajar en tus carencias y mimar tus virtudes.