Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros. (Cicerón)
Sentado frente a mí, me preguntaste si la gente malvada cambia y mirándote a los ojos te dije «no».
La maldad no es una adicción, la maldad es tener negra el alma y eso no se cura.
Si esa persona a la que amas con toda tu alma, querido amigo, te vilipendia, te menosprecia, te ridiculiza sabiendo lo que sentirás, siento decirte que no cambiará.
No des otra oportunidad, esa persona no merece tu cariño, tu perdón, no merece disfrutar de tus palabras, de tu sonrisa, de tu bondad, esa mala persona no te merece.
Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien
Victor Hugo
Todos podemos dañar sin querer a alguien y pedir perdón porque ha sido algo inapropiado sin mala intención, y esto es algo humano. Hacerte daño no tiene excusa.
Un bebedor podrá reformarse, un ludópata, un fumador….y de aquí a todas las adicciones nocivas pero la perversión no tiene cura, si acaso, amigo mío, irá a más.
No perdones un insulto, una burla, no consientas cualquier acción que te empequeñezca porque quien te quiere no necesita empequeñecer a nadie para sentirse grande.
Eres único, eres grande y ganarás la partida cuando te apartes de ella, porque la imposibilidad de menoscabar al otro, es una tortura para esta gente dañina.
Hazme caso apreciado amigo, nadie merece ser lastimado.