Qué duro, que duro es no poder ver a tu ser querido y temer cada día que se vaya en estos precisos momentos!
Quiero no pensar,quiero alejar estos pensamientos de mi mente y hago cosas, escribo, navego por redes más de lo que he hecho nunca,escribo, pero cuando llega la noche y la cabeza descansa, llegan los pensamientos negativos.
¡Cuanto sufrimiento para una persona que no se lo merece!
Sé, que este pensamiento lo tendrán todos a los que les haya pasado algo malo, pero de verdad que mi madre es el ser más humilde y bueno que jamás conoceré a alguien mejor, sin menospreciar a nadie.
Este año hará cuatro años que mi vida cambió, que nuestras vidas cambiaron.
He olvidado reír, sentir, dar a los demás y sobre todo he olvidado vivir.
Sí, existo cómo un autómata pero no vivo.
Sé que es ley de vida y todos vamos cayendo poco a poco, pero por muy interiorizado que lo tengamos, el saber que tu madre lo está pasando mal y además que pueda ser consciente de ello, nos parte el alma cada uno de los días.
No soy nadie para dar consejos ni lecciones a nadie, pero ahora parece que se nos llena la boca con el cuidado de nuestros mayores, pero ¿antes y después?
¿Antes del coronavirus eran tratados con humanidad, eran tratados con dignidad?…Desgraciadamente muchos de ellos no….
Ellos nos dieron la vida y lucharon por nosotros ¿Cómo es posible que lo olvidemos?..
Cuidemos a nuestro mayores que aún tienen dignidad en cualquier momento en que vivamos.